Características y temperamento de los caballos de sangre fría
Aunque fisiológicamente todo caballo es de sangre caliente, quienes se dedican a criar, vender y comprar equinos –al igual que los Studbooks– utilizan el término "sangre fría" para referirse a las razas que comparten un tamaño, apariencia y carácter estándar. Pero ¿qué caracteriza a un caballo de sangre fría?
- Color. No hay una capa determinante para los caballos de sangre fría. No obstante, es común encontrarlos en gris, negro y castaño. Los alazanes y ruanos no son tan numerosos, pero se admiten.
- Origen. Los caballos de sangre fría descienden de las razas autóctonas de Europa. Al principio, fueron seleccionados para el campo por su carácter imperturbable, inteligencia y docilidad.
- Tamaño. Las razas de sangre fría están conformadas por ejemplares más grandes y pesados de lo normal. De hecho, los criadores se refieren a ellos como gigantes bondadosos. Suelen superar los 170 cm y los 750-800 kg.
- Apariencia. Una raza de sangre fría calza con la descripción de un caballo de tiro. Su grandeza es tal que puede percibirse a la distancia. Si bien no es un aspecto que se repita en todas las razas, tienen una melena abundante de tres capas y mucho pelo en las patas.
- Temperamento. Dejando de lado el tamaño, el temperamento es la principal diferencia entre un caballo de sangre caliente y un cool-blood. Los caballos de sangre fría poseen un carácter excesivamente dócil. Son listos, atentos y, en algunos casos, enérgicos. Se llevan muy bien con las personas y otros animales.
Usos ecuestres. Las características de los caballos de sangre fría los aleja de los deportes atléticos, como las carreras, el salto y la equitación. En dichas modalidades, los caballos de sangre caliente y templada se llevan la palma. En sí, las razas de sangre fría se reservan para el tiro, la conducción y el enganche, y los trabajos de campo; pero también pueden usarse para la instrucción, la doma clásica, los espectáculos y la monta recreativa.
- Los caballos de sangre fría cuentan con una agilidad innata. Esto les permite brillar en la práctica de disciplinas ecuestres antiguas, como el tiro y la conducción de carruajes. A fin de cuentas, se conectan con el jinete, son capaces de dar giros complejos y desarrollan una fuerza extraordinaria. ¿El punto en contra? Son tan grandes y pesados que no alcanzan la misma velocidad de un caballo de sangre caliente.
Claro que su grandeza no siempre es considerada como una debilidad. Aunque su gran musculatura no favorece su participación en carreras deportivas y competiciones de salto, le aporta una resistencia superior. Además, su porte altivo y abundante melena les ha servido para conquistar el rango de uno de los mejores caballos de exposición.
Algunos caballos de sangre fría también demuestran su valor en la doma clásica. Por ejemplo, el caballo Frisón domina a la perfección los aires tradicionales, además del trote elevado. Lo mismo sucede con el caballo de Paso peruano que es experto en el andar de cuatro tiempos, incluso sin entrenamiento.
Caballos de sangre fría: razas populares para comprar
Los caballos de sangre caliente son ligeros, enérgicos y atléticos. ¿Qué animales cumplen con estas características? El Purasangre y el Hannoveriano. Por supuesto, hay otros, pero estos son los máximos representantes de la categoría warm-blood. Tal como sucede con los caballos de sangre caliente, los caballos de sangre fría cuentan con sus propios protagonistas:
- Belga (Bélgica). Uno de los caballos de tiro europeos más codiciados para comprar. Tiene una alzada de 170-175 cm y pesa unos 820-1000 kg. El Belga, como todo caballo de sangre fría, es entusiasta y resistente, y se caracteriza por su gentileza.
- Frisón (Países Bajos). Considerado el favorito para la práctica de tiro y doma clásica. Su docilidad le ha abierto el paso como caballo de instrucción. El Frisón presenta un tamaño promedio de 165-175 cm y pesa 750 kg.
- Clydesdale (Escocia). Su utilidad como caballo de tiro se popularizó al ser elegido como la mascota de Budweiser. También es hábil como caballo de exposición y en trabajos de campo. En cuanto a las medidas, se sitúa en los 163-193 cm y 820-905 kg.
Otros ejemplares distintivos entre los caballos de sangre fría son el Percherón, el Islandés y el Noriker.