es caballo de compañía
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El caballo Cremella tiene una característica tonalidad clara y homogénea en su pelo. Por tanto, no se trata de una raza de equinos, sino de un color de las crines y la cola. De hecho, hay varias razas que pueden contar con ejemplares Cremella. Las más habituales son la Morgan Americana, la Akhal Teke y la Cuarto de Milla también americana, aunque igualmente aparecen en el Poni galés, el caminante de Tennessee e incluso en el Pura Sangre inglés. Por tanto, comprar un caballo de este tipo supone adquirir un ejemplar diferente y muy peculiar.
Comprar un caballo Cremella es sinónimo de adquirir un ejemplar cuya base de color es alazana. Sin embargo, sus dos progenitores le han aportado dos copias del gen crema, que diluye los colores pardo, rojizo o negro. El resultado es que presenta un pelo de color blanco o beige claro, tanto en su cuerpo como en la cola. Por otra parte, el caballo Cremella tiene la piel rosada con algunas manchas. De no tener estas, se dice que el ejemplar es albino, aunque no por ello deja de tratarse de un Cremella de piel muy clara.
Por lo general, los caballos cremellos tienen la capa de pelo de color blanco y uniforme. No obstante, en ocasiones las crines y la cola pueden ser algo rubias o beiges. Pero no deben confundirse los cremellos con aquellos ejemplares que presentan tonos cobrizos o anaranjados en las mismas zonas. En este último caso, se trata de un caballo perlino, que es incluso distinto genéticamente.
También es habitual que los cremellos tengan el iris de los ojos de color azul muy claro, tanto, que a veces parece blanco. Sin embargo, algunos ejemplares pueden mostrarlo levemente ámbar o beige. Una tercera peculiaridad que suele darse en estos caballos es que sus cascos son igualmente blancos. Dicho de otra forma, la única pigmentación que tienen es la proporcionada por la queratina de las uñas. En consecuencia, a la vista parecen de color rosado o beige y, más raramente, pardo claro. A veces, incluso combinan estos tonos en forma de rayas. Por otra parte, este tipo de caballos carecen del gen negro; solo portan el crema. Esto quiere decir que, al cruzarlos, van a diluir el color del potro resultante con independencia de cuál sea la capa del otro progenitor. Sin embargo, es muy difícil que el ejemplar que nazca también sea Cremella, salvo que el cruce haya sido con otro caballo de capa clara. Pero el nuevo potro sí será portador del gen crema y podrá transmitirlo. Todo ello es importante a la hora de comprar un caballo cremella para cruzarlo.
En este sentido, quien adquiere un ejemplar de este tipo debe saber que, si lo cruza con un alazán, los potros nacidos serán siempre palominos. Del mismo modo, si lo hace con otro caballo Cremella, el hijo será al cien por cien de esta capa. E igualmente, cuando se cruza con un castaño que transmita el gen negro, nacerá un potro bayo. Si no lo transmitiera, el resultado sería palomino.
Ha habido algunos caballos Cremella famosos. Es el caso del llamado Abzent, que, montado por el jinete Sergei Filatov, compitió en la categoría de Alta Escuela en los Juegos Olímpicos de Roma (1960), Tokio (1964) y México (1968). Obtuvo tres medallas: de oro en la primera y la tercera citas y de bronce en la segunda.
Otro Cremella famoso fue Byerley Turk, un Akhal Teke llevado a Reino Unido desde Oriente Medio. Y ha pasado a la historia porque fue uno de los ejemplares que fundaron el caballo inglés Pura Sangre de carreras.
Por último, otro grupo de caballos de la misma raza que el anterior e igualmente Cremella se hiceron famosos por una gesta. Fue la de realizar el viaje desde Asjabad hasta Moscú en 84 días. Su mérito estribó en que la distancia es de 4150 kilómetros y además hubieron de atravesar el temible desierto de Karakum.
En ehorses disponemos de los mejores caballos Cremella. Tenemos ejemplares adultos ya entrenados, yeguas para el cruce e incluso magníficos potros para ser criados.