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La práctica de las disciplinas ecuestres "western" se ha extendido a nivel mundial; y el trail, una de las más populares. Esta especie de espectáculo al estilo vaquero tiene un objetivo simple: que el jinete recorra a caballo una pista similar a un paisaje al aire libre. La prueba suele incluir cabalgar sobre largos puentes, cruzar ríos y lagos, galopar por senderos y superar obstáculos naturales, como rocas y árboles caídos. Aunque cualquier ejemplar bien entrenado podría resaltar en esta actividad, los caballos de trail americanos siguen siendo los más solicitados para la compra. A fin de cuentas, poseen las aptitudes físicas y mentales para dar lo mejor de sí en la competición.
Hay caballos de trail de todos los tamaños, cruces y pintas: algunas razas son estilizadas, mientras que otras son más pequeñas y robustas. No obstante, hay ciertos elementos comunes entre ellas. Usualmente, el caballo de trail tiene una alzada de 140-165 cm, además de un aspecto equilibrado con cruz pronunciada y patas fuertes y bien formadas. Esto es lo que les permite mantener el equilibrio en los terrenos más accidentados. En cuanto al temperamento, destacan por su valentía, lealtad y capacidad para mantener la calma, así como por la habilidad de no asustarse ante la presencia de animales domésticos o salvajes.
Los antecedentes históricos de los caballos de trail se remontan a la época colonial. Durante ese período, ya era común ver cruces entre caballos criados por las tribus indígenas y pura sangre ingleses, en especial en las famosas carreras "cuartos de milla".
No obstante, no fue sino hasta que Estados Unidos anexó a Luisiana a tu territorio —para seguir expandiéndose hacia el oeste— que se popularizó la cría y venta de los caballos de trail. Y es que, ya en los años posteriores a 1800, la monta al estilo vaquero se había extendido por todo el país. Esto propició que los ranchos se especializaran en la cría y venta de ejemplares perfectos para el cutting, el rodeo, el trail y las carreras cortas de gran resistencia.
Una de ellas es el caballo andaluz, una raza española sumamente atlética y resistente que destaca por sus pasos largos y buena disposición; y el caballo islandés, un animal pequeño, amigable y lleno de energía que suele emplearse en trabajos de campo y cría de ganado.
Los caballos de trail se desempeñan muy bien en casi cualquier tipo de disciplina al estilo vaquero, en especial en los espectáculos y competiciones de raid, donde tienen la libertad de demostrar su velocidad, agilidad y resistencia sin límites. Por su temperamento y características físicas, también han dado fantásticos resultados en otras actividades ecuestres americanas, como el Western Riding (equitación americana), Western Hunter (caza de montería americana) y la doma americana.
Sin embargo, la complexión de los ejemplares, su flexibilidad, fuerza y habilidades deportivas les ha permitido a varios caballos de trail obtener los primeros lugares en carreras cortas de resistencia. De hecho, este es uno de los usos principales del Cuarto de Milla, además del origen de su nombre. Si bien no cualquiera de estos animales puede triunfar en la doma clásica, los caballos andaluces lo hacen bastante bien. Tanto es así, que han logrado igualar los resultados obtenidos por los equinos Oldenburgo y Hannoveriano con más experiencia.
Como era de esperarse, los caballos de trail también pueden ser empleados en el salto de obstáculos, ya que cuentan con cuartos traseros y cascos lo suficientemente fuertes como para triunfar en la pista. Y aunque no son muy buenos con el paso, el Tennessee Walking, definitivamente, es la excepción. De hecho, este caballo es conocido por dominar aires complejos, como la silla mecedora y el "running walk".
Por su versatilidad y eficiencia, en ehorses siempre hay caballos de trail en venta.