Sementales - Sementales

Más acerca de los caballos sementales

Un caballo semental debe prepararse desde su nacimiento, pues no será sino a partir de los 3 o 4 años que pueda fertilizar a una yegua. Para ello, el criador debe cerciorarse de ciertos aspectos relativos al semental, como el pedigrí del ejemplar, ya que las cualidades y el desempeño de sus ancestros serán los que se repitan en el caballo. Además, debe evaluarse la habilidad del equino, tanto del ejemplar que se posee como los registros de sus antecesores. Esto es fundamental, pues es importante considerar no solo la velocidad, sino la belleza, alzada y paso, y estas combinaciones no se logran tan fácilmente.

Este último aspecto debe verificarse también en el temperamento. Es primordial seleccionar a un semental que sea tranquilo, obediente, respetuoso y que se deje entrenar. Los cuidados y la doma de un caballo semental se diferencian de la aplicada a otros tipos de caballos. En este caso, han de organizarse planes de dieta para el semental, ya sea en época de apareo o no. En este caso, necesita de un forraje de mayor calidad y limpieza, con un máximo de 1,5 % de su peso en forraje y 1 % de pienso.

Resulta también esencial suministrarle en la alimentación Omega 3 y 6, sustancias relacionadas con una mayor fertilidad. Aunque se crea que un semental es el líder de una manada, en realidad es otra su función. Un caballo semental en manada se dedica a defender a los demás ejemplares, arreando a los rezagados o sirviendo de escudo protector en la retaguardia. No es un animal violento al que le estorban los otros caballos; es en realidad un animal sociable. Así que la idea popular de que un semental sea como el rey de la manada no es tan cierta.

Caballos sementales en equitación

Los caballos sementales no solo se emplean para la inseminación, sino que además se destacan satisfactoriamente en las carreras y en diversos deportes ecuestres. Precisamente, el hecho de que el semental posea altos niveles de testosterona, lo que ocasiona cambios en su aspecto y en su temperamento, se traduce en que este caballo tenga mayor fuerza, brío, peso y musculatura que el resto de los caballos de su misma raza que se encuentran capados. Esta ventaja es aprovechada por los jinetes para alcanzar las metas en las carreras y en otros deportes.

Un buen caballo semental debe exhibir una estructura fuerte, balanceada y proporcional en cada una de las partes del cuerpo. Ha de ser un caballo de aplomo recto y fuerte, y además tener una musculatura atlética, con un pecho bien marcado y no demasiado abierto y de ancas definidas. Esta estructura ideal de un caballo semental permite un movimiento fluido, ágil, sin que el caballo tenga necesidad de flexionar excesivamente las rodillas.

Con estas cualidades, además de un entrenamiento adecuado, los caballos sementales se destacan en las carreras y en otros deportes ecuestres por su brío y velocidad. En ehorses es posible encontrar los mejores ejemplares de caballos sementales, los más fuertes y briosos a los precios más atractivos.