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Los caballos de enganche son los ejemplares utilizados para el deporte ecuestre del mismo nombre. Esta disciplina deportiva consiste en el manejo de un carruaje enganchado a caballos donde el conductor debe demostrar su pericia en la conducción. Dentro de esta disciplina se pueden distinguir diferentes tipos de competiciones. En la compra y venta de ejemplares destinados a esta modalidad se debe tener en cuenta la fuerza, la robustez y la potencia de los cuartos traseros de los equinos.
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Los caballos empleados para la modalidad de enganche deben presentar una serie de características físicas que les permitan destacar en dicha disciplina. En las competiciones de enganche, el caballo y el carruaje han de pasar entre diferentes obstáculos sin penalización y realizar un recorrido invirtiendo en ello el menor tiempo posible.
Un caballo de enganche tiene que poseer una gran habilidad para recortar, así como para realizar de forma precisa, cambios de velocidad que les posibiliten reducir segundos en el recorrido. Este tipo de equinos presentan una complexión robusta, espaldas poderosas, dorso fuerte y cuartos traseros musculosos. Una de las razas empleadas en esta modalidad es el caballo árabe, de tamaño intermedio y que demuestra una gran facilidad de sprint, lo que le aporta una gran capacidad de giro, propiciando que destaque en el enganche.
Inicialmente, el uso del carro o carruaje de caballos estaba enfocado a actividades del campo o como medio de transporte de personas o mercancías. Al fin y al cabo, la tracción animal era conocida y utilizada mucho antes de la aparición del primer motor. El origen de la disciplina conocida como enganche data de la antigua Grecia, donde la tira de carruajes empleando caballos era un deporte nacional. Fue en el año 480 a. C. cuando las primeras carreras de caballos con carruaje formaron parte de las XXV olimpiadas y mostraron la belleza de esta modalidad deportiva.
En Europa, la difusión de este tipo de exhibición equina tomó importancia a partir del año 1969. El príncipe de Edimburgo, que asistía como presidente de la Federación Ecuestre Internacional a un campeonato de equitación que tenía lugar en Polonia, se dio cuenta de las distintas figuras que realizaban los coches tradicionales en Europa Central.
Ante la belleza de esta exhibición, el príncipe se percató de que podía constituirse una modalidad deportiva nueva. A su regreso a Reino Unido se dedicó a estudiar esta nueva modalidad con intención de instaurarla definitivamente. En 1970 la Federación Ecuestre Internacional aprobó el reglamento para competición combinada de carruaje.
La disciplina hípica conocida como enganche es muy similar a un concurso completo de equitación, donde además se utiliza un carruaje. La doma, el maratón y los conos componen este tipo de exhibiciones en las que se demuestra la destreza de jinetes y público. En la actualidad, los enganches no se consideran deporte olímpico, aunque la modalidad se encuentra reconocida por la Federación Ecuestre Internacional y ha formado parte de todos los juegos ecuestres mundiales.
Se pueden distinguir diferentes clases de enganches en función del número de caballos utilizados. Así, la modalidad de limonera utiliza un poni o un caballo, la conocida como tronco usa dos ponis o dos caballos, mientras que la conocida como cuartas emplea cuatro equinos.
En ehorses se puede realizar la compra y venta de ejemplares con características apropiadas para la modalidad de enganche, una verdadera exhibición de destreza, potencia y fuerza tanto del animal como del jinete.