sabe dar cuerda
es fácil de transportar
Experiencia en competición
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Los caballos de esta raza han sido considerados a lo largo de la historia como ejemplares ideales como caballos de carro por su fuerza y su robustez. Poseen un estilo expresivo y elástico, con una gran suspensión que les proporciona una calidad en el trote o galope única. La compra del Oldenburgo es una elección estupenda para todos aquellos apasionados de los concursos hípicos, disciplina donde esta raza destaca por sus habilidades innatas.
El caballo de esta raza es el más pesado de los purasangre de procedencia alemana. Inicialmente fueron concebidos como equinos para carros, pero poco a poco se fueron ganando su puesto como caballos de silla y estuvieron presentes en numerosas batallas y destacaron en concursos hípicos.
Esta raza presenta una alzada de entre 160 y 172 cm de altura y posee una cabeza con un perfil rectilíneo con un cuello largo y grueso. Son muy musculosos y la profundidad de su lomo es excelente. Por otra parte, sus extremidades son cortas, aunque los ejemplares más modernos presentan extremidades más largas y mayor expresividad en su cabeza. Asimismo, tienen un carácter dócil, aunque con una pizca de osadía, y son muy fieles a sus dueños.
Estos equinos de sangre caliente proceden del noroeste de la Baja Sajonia, conocida como el antiguo Gran Ducado de Oldenburg. La historia de la raza comienza a principios del siglo XVII. En esta época los ejemplares de esta raza eran más bien pequeños y llanos, pero tenían la suficiente fuerza como para trabajar el suelo pesado de la costa de Frisia, lo cual potenció su venta. Fue el Conde Anton Günter von Oldenburg quien defendió esta raza de caballos alemanes, que ha recibido una variedad genética impresionante a lo largo de los años.
Los napolitanos, andaluces, berberiscos, normandos, purasangre o el bayo de Cleveland fueron los responsables de dar forma a esta raza. Poco a poco se convirtió en una raza de lujo empleada en carruajes elegantes con un peso elevado. La llegada de la mecanización durante los años cincuenta y sesenta fue la responsable de que esta raza abandonara los trabajos que había desempeñado hasta la fecha, y a partir de entonces su uso se centró en el ocio y la equitación. A lo largo de la historia de esta raza se pueden destacar tres momentos claves. En 1820 el semental Oldenburg fue aprobado por primera vez; en 1861 fue introducida la raza en el registro de razas alemán; y en 1923 se formó la Asociación de Criadores de Caballos Oldenburg que aún se conserva en la actualidad.
Esta raza ha mostrado unas estupendas habilidades en equitación destacando en concursos hípicos, en especial en la modalidad "dressage" y atraillados, debido todo ello a unas características de musculatura y fuerza que los hacen únicos. El cruce de esta raza con el purasangre inglés y con el normando dio como resultado un equino de silla versátil. Actualmente, se seleccionan sementales y yeguas para mantener la continuidad de la raza, siempre basándose en la calidad que estos equinos muestran en la doma y el salto. Un ejemplo de la buena disposición de la raza a la competición se encuentra en los Juegos Olímpicos, donde este tipo de equinos ha competido en doma.
En ehorses es posible realizar la compra y venta de ejemplares de esta raza de una forma sencilla gracias al amplio catálogo de ejemplares que se pueden encontrar. Un caballo que sorprende por su carácter único y su fidelidad y que hará las delicias de los amantes de los concursos hípicos gracias a su especial constitución.